Llega la primavera, y en mis clases de español para
extranjeros nos han propuesto que presentemos al grupo una palabra nueva cada
día. Consiste en tomarla del diccionario de la RAE y en poner ejemplos
actuales. Por razones emparentadas con mi biografía (antes de meterme a aprender el idioma español, estudié japonés),
he escogido el término “primero”. Y he aquí algunas acepciones:
1.- (adj.) Dicho
de una persona o de una cosa: Que precede a las demás de su especie en orden,
tiempo, lugar, situación, clase o jerarquía.
2.- (plural) Bazas que hace un jugador antes
que los demás hagan ninguna.
3.- (adj.) Excelente, grande y que sobresale y
excede a otros.
Para ilustrar la primera de las acepciones, les explico a
mis compañeros de clase que, tal y como ya se vaticinaba con los llamados dioses
y numbers One del fútbol, nos ha llegado
recientemente un primero argentino en el Vaticano. Es el Papa Francis I; el primer Papa jesuita
y sudamericano, al que algunas profecías atribuyen ser el último de los Papas. Ya
se sabe: los últimos serán los primeros en el Reino de los Cielos.
Hablando de Papas (hablando del Rey de Roma que dirían en
castellano, y “talking about the devil” en inglés), hablemos de Mamas & the
Papas. Y es que en Panderetilandia no salimos de Primeros. Como máximo
mandatario militar (ese no elegido por el pueblo), Panderetilandia tiene a Juan
Carlos I. Y no parece rocambolesco aventurar que el mando de la nación en términos
políticos (hoy en día traducido a términos económicos, y tampoco decidido por
el pueblo) puede pasar, Rajoy mediante, a Angela I de España y V de Alemania,
mandataria ya en otros lugares del Sur (Angela I de Grecia, I de
Portugal, I de Chipre,…). Es la prima
donna, la que lleva la voz cantante de la ópera; el Tamino que rescata a Pamina.
La prima de Zumosol que viene a rescatarnos del tan ya vaticinado debacle de la
Prima de riesgo frente a Alemania. Y todo esto explica muy bien la segunda de
las acepciones.
Y claro, toca ajustarse el cinturón. Algunos gobernantes en
distintas instancias proponen soluciones que han dejado a la ciudadanía sin
derechos y sin cuartos, aunque algunos de los primeros se exceden con la dieta
(pero no la de apretar el cinturón). Curiosamente ello no le impide a alguna seguir
siendo reelegida como la number one de su partido. La pregunta aquí, mayormente
retórica, estriba en dilucidar quiénes son aquí los primos que no parecen
superar las numerosas pruebas impuestas por los sumos sacerdotes ni disponer de
una flauta mágica que les haga más felices o atravesar la columna de fuego en
la que todo parece arder en esta ópera.
Eso sí, en lo que no he podido caer es en ningún ejemplo
para la tercera de las acepciones. Quizá es porque para ello debiera de haberme
salido del ámbito de la política. Pues lo pensaré más tarde.
P.S.: Al menos acabo de recordar otro ejemplo de la primera de
las acepciones. No todos los significados de “primero” van a ser negativos. Y como
muestra un botón. El primer título en euskera de una película: Emak Bakia.
Podemos acudir a la propia página web de la película o leer sobre ello en una
página de un grupo de investigación de una universidad (la UPV/EHU) que, sin
ser todavía la primera en ningún ranking internacional, cada vez está más
arriba en varios de ellos.
Primera (y última) pantalla en los cajeros en Chipre