Hijo, estudia. Ya verás. Lo conseguirás todo. Cuando esto
suceda, te podrás comprar una gran casa a las afueras y en el patio podrás
construir una piscina enorme. Y en ella los delfines saltarán de un lado a
otro, haciendo piruetas para tu diversión. A cuál más alta, a cuál más grácil.
Hijo, no te distraigas. Cuando seas un abogado reputado, las
damas refinadas se pondrán en fila para desposarse contigo. Irás al hipódromo y
las pamelas chocarán coquetas cuchicheando a tu paso. Ocultarán parcialmente
unas sonrisas construidas solo para ti.
Hijo, no te entretengas con cualquier cosa. Cuando estés más
arriba que nadie, todos requerirán tus favores y se mostrarán complacientes,
sumisos. Tus zapatos no dejarán de brillar; esos cachitos de sol se
distinguirán por su destello inconfundible.
Hijo, aplícate sin descanso en el estudio. Cuando tengas el
poder, nadie te impedirá decir y hacer tonterías. Irrumpirás en el escenario de
una ópera y graznarás como cuervo jamás lo haya hecho antes. Y el
auditorio lleno de ojos abiertos romperá en emocionados aplausos.
Madre, ya he estudiado. Me he aplicado, sin distracción ni entretenimiento,
pero lo que he aprendido es que no me interesa esa vida.
Madre, ayer me emocioné observando a un anciano hacer una
mueca y pretendiendo que no lo hacía para evitar el reflejo directo del sol,
sino porque me había sonreído deliberadamente.
Madre, ayer gocé del momento en que apagaba el televisor y
el silencio inundaba el salón.
Madre, ayer disfruté viendo a un joven ofreciéndose para
llevarle la pesada compra a un hombre de encorvada espalda.
Madre, ayer sentí un placer inigualable comiendo en un
restaurante y manteniendo una conversación con alguien cuyas palabras acariciaban
mis oídos.
Madre, ayer me arrebató la visión de una familia compartiendo
de forma natural su comida con su vecina desempleada.
Madre, ayer fui feliz. Gracias por tu consejo. Estudiar me
ha ayudado a saberlo.
Me ha recordado a Siddhartha de Hermann Hesse. Me quedo con la duda si la madre "se opone a su marcha" o no...
ReplyDelete¿Sí, Raúl? ¿Sisshartha? No pensaba (deseaba) que tuviera tal carga mística. Bueno, igual se me ha escapado... ;-)
DeleteNo sé realmente si la madre "se opone a la marcha" o no, pero parece que el acento está más en que al margen de lo que la madre (o el padre, o el Estado, o quién sea...) haya planeado para el hijo, este ya ha decidido qué le vale y qué no. Por tanto, ya no hay madre, si no es como el origen de algo, de algo que ya es otra cosa porque él así lo ha querido.
Efectivamente, así lo he entendido. Quizá al que se le ha escapado la asociación ha sido a mí, ya que hay dos pasajes de ese libro, que leí hace muchos años, que se me quedaron gravados y se vendrán conmigo a criar malvas :) Y tienen mucho que ver con lo que me explicas al hilo de tu relato.
DeleteEl primero es cuando Siddhartha le confiesa a su mejor amigo que se va con los samanas, y el amigo le replica si su padre le dejará, a lo que él contesta - no me has escuchado, te he dicho que me voy.
El segundo, cuando se lo comunica a su padre, y éste se niega enfurecido, y Siddhartha permanece de pie, sin moverse, sin comer ni beber, durante días, hasta que su padre le comprende y acepta su marcha.
Por otra parte, no sé si siemrpe, pero en el origen de algo, suele haber una ruptura con el pasado. Y la madre, o el padre, o el Estado, como comentas, suele boicotear el hecho de que alguien llegue a ese punto. Estoy seguro que a nivel parental no siempre, pero también lo estoy de que sí sucede.
Nada más, que me ha gustado mucho ;) Un saludo.
No recuerdo haber leído Siddartha, pero sí lo hice fue en mi anterior vida (o sea, en mi juventud). Me parece bien que le echara bemoles Siddharta y le dijera eso de que se iba, al margen de lo que pensarán los demás. Sí, yo también pienso que en el origen de muchas cosas está esa ruptura con el pasado, aunque no creo que podamos romper completamente con todo, pero sí que podemos fijar un nuevo rumbo que no sea una mera continuación de lo que se esperaba de nosotros en el pasado.
DeleteMuchas gracias por tu aportación, Raúl. ;) Otro saludo para ti.
"si lo hice", sin tilde, jejeje...
DeletePues perdona que discrepe contigo, pero estudiar no te ayuda a saber todo eso, solo lo sabes si lo haces.
ReplyDeleteY el final feliz rompe un poco el buen tono gral. del relato, en mi opinión.
Kanif, discrepa, discrepa todo lo que quieras, jejeje, sin pedir perdón por ello, faltaría plus. La cuestión, según la veo yo, es que efectivamente lo sabes solo si lo haces (you're right!), pero es que si "has estudiado", además ves que este hecho poco o nada te aporta o, mejor dicho, que no quieres que esos estudios te sirvan para insuflarte una supuesta felicidad basada en un bienestar socioeconómico que olvida lo cotidiano y nos indica un camino de querer estar por encima de los demás. En sentido inverso, también hay quien piensa que no es feliz porque no ha estudiado y no se ha hecho un hombre (léase también mujeres) de provecho y mejor le hubiera ido si... Aunque con el presente de los políticos y futbolistas, y los ingenieros tomando las de Villadiego y poblando Alemania... no sé, no sé.
DeleteAnyway, gracias por discrepar. Me mola cuando discrepas, casi tanto o más que cuando me halagas simplemente por hacerme la pelota... ;-) Un saludo.