Tuesday, March 26, 2013

De Primeros (y otros entrantes fríos) en un mundo de Primas y Primos



Llega la primavera, y en mis clases de español para extranjeros nos han propuesto que presentemos al grupo una palabra nueva cada día. Consiste en tomarla del diccionario de la RAE y en poner ejemplos actuales. Por razones emparentadas con mi biografía (antes de meterme a  aprender el idioma español, estudié japonés), he escogido el  término “primero”. Y he aquí algunas acepciones:
1.- (adj.) Dicho de una persona o de una cosa: Que precede a las demás de su especie en orden, tiempo, lugar, situación, clase o jerarquía.
2.- (plural) Bazas que hace un jugador antes que los demás hagan ninguna.
3.- (adj.) Excelente, grande y que sobresale y excede a otros.

Para ilustrar la primera de las acepciones, les explico a mis compañeros de clase que, tal y como ya se vaticinaba con los llamados dioses y numbers One del fútbol, nos ha llegado recientemente un primero argentino en el Vaticano.  Es el Papa Francis I; el primer Papa jesuita y sudamericano, al que algunas profecías atribuyen ser el último de los Papas. Ya se sabe: los últimos serán los primeros en el Reino de los Cielos.

Hablando de Papas (hablando del Rey de Roma que dirían en castellano, y “talking about the devil” en inglés), hablemos de Mamas & the Papas. Y es que en Panderetilandia no salimos de Primeros. Como máximo mandatario militar (ese no elegido por el pueblo), Panderetilandia tiene a Juan Carlos I. Y no parece rocambolesco aventurar que el mando de la nación en términos políticos (hoy en día traducido a términos económicos, y tampoco decidido por el pueblo) puede pasar, Rajoy mediante, a Angela I de España y V de Alemania, mandataria ya en otros lugares del Sur (Angela I de Grecia, I de Portugal, I de Chipre,…). Es la prima donna, la que lleva la voz cantante de la ópera; el Tamino que rescata a Pamina. La prima de Zumosol que viene a rescatarnos del tan ya vaticinado debacle de la Prima de riesgo frente a Alemania. Y todo esto explica muy bien la segunda de las acepciones.

Y claro, toca ajustarse el cinturón. Algunos gobernantes en distintas instancias proponen soluciones que han dejado a la ciudadanía sin derechos y sin cuartos, aunque algunos de los primeros se exceden con la dieta (pero no la de apretar el cinturón). Curiosamente ello no le impide a alguna seguir siendo reelegida como la number one de su partido. La pregunta aquí, mayormente retórica, estriba en dilucidar quiénes son aquí los primos que no parecen superar las numerosas pruebas impuestas por los sumos sacerdotes ni disponer de una flauta mágica que les haga más felices o atravesar la columna de fuego en la que todo parece arder en esta ópera.

Eso sí, en lo que no he podido caer es en ningún ejemplo para la tercera de las acepciones. Quizá es porque para ello debiera de haberme salido del ámbito de la política. Pues lo pensaré más tarde.

P.S.: Al menos acabo de recordar otro ejemplo de la primera de las acepciones. No todos los significados de “primero” van a ser negativos. Y como muestra un botón. El primer título en euskera de una película: Emak Bakia. Podemos acudir a la propia página web de la película o leer sobre ello en una página de un grupo de investigación de una universidad (la UPV/EHU) que, sin ser todavía la primera en ningún ranking internacional, cada vez está más arriba en varios de ellos.


 
Primera (y última) pantalla en los cajeros en Chipre


2 comments:

  1. Te ha salido una columna de prensa. La primera de tu blog. ¿Fuiste la primera de tu promoción? Seguro que la Merkel sí ;-)
    En algunos blogs el primer comentarista escribe, "Prime", orgulloso de serlo.
    En el mundo de la política, los pocos que responden a la tercera de las acepciones, son relegados a segundones o mucho más atrás.
    ¡Un abrazo!

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    1. Gracias, Kanif.
      No sé si fui la primera de mi promoción. Al menos acabé mis estudios, cosa que no siempre parece necesaria por estos lares en política. La Sra. Merkel, sí, acabó sus estudios. Y en Alemania parece que los ministros sí dimiten si les pillan en algo inmoral (sea plagiar tesis o lo que sea). Los políticos de Panderetilandia, sin embargo, no son los primeros en entonar el mea culpa y dimitir cuando no están a la altura.

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