Tuesday, September 10, 2013

Having porras and café y olé (¡o au lait.. o como se diga…!)



Konichiwa, mai frens. Estos días estoy avanzando un montón en mis clases de español (tanto o más que algunos lugareños en las suyas de inglés) y ya me considero menos foráneo en Panderetilandia. Además de aprender refranes y frases hechas, ahora hasta me permito el lujo de acuñar otros tantos para la posterioridad.

Café con leche que no has de beber, déjalo correr (como el tupido velo, ese que tape el sonrojo).

Cuando el río suena, relaxing cofi lleva.

No sabe, no contesta (al ask).

A palabras ininteligibles, oídos sordos.

Oídos que no oyen, corazón que no se resiente.

Dime con quién andas, y te diré cómo hablas inglés (o Dios los cría, y ellos se pegan el inglés).

A Dios rogando, pero oye... será que este no lo pilla… (ni el ruego ni el ask).

Quien fue a Sevilla perdió su silla, pero quien fue a Buenos Aires no perdió su sillón.

Si es que el resultado estaba cantado: Blanco y en Botella. Pero bueno, borrón y “cuenta nueva” para la corte de políticos de Panderetilandia, que ancha es Suiza (digo, Castilla)… Total, más se perdió en Gibraltar.

En resumen, me quedo con que este país es muy divertido. Siempre hay función para entretener a los niños. Ya sea hablar de elefantes en Bostwana, de piedritas en Gibraltar, o del acento y la dicción de los representantes políticos. Me dijeron que antaño aquí le llamaban al fútbol el opio del pueblo, pero parece ser que es mucho más relaxing y adormecedor el elixir de la botella.

6 comments:

  1. Preguntando se llega a Ulysses´mind, que no sé si está en Roma ahora mismo, pero yo como si estuviese paseando por una ciudad nueva llena de pequeñas palabras y grandes frases. Me encanta.

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    1. Raúl, adelante. Gracias por pasearte por mi mente.
      La mente la sigo teniendo viajera; el cuerpo, sin embargo, no está en Roma, sino atrapado en Panderetilandia. Mi navío se encalló en estas costas y me puse a currar en un puesto en el que cada vez meto más horas, cobro menos, y tengo menos derechos laborales. Y con los impuestos que pago no quiero ni saber quién se estará quedando parte en vez de ir a donde debiera: al bote común. Es más, con lo que cobro no me llega ni para mandarle nada a Penélope. Bueno, y menos para comprar el pan. ¡Qué digo el pan! ¡No me llega ni siquiera para pagarme un gin-tonic en el bar del Congreso!

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    2. Muchas gracias por la bienvenida. Si la mente la sigues teniendo viajera, seguro que algún día lleva a tu cuerpo, de nuevo, a surcar los mares. De momento, no dejes que te roben tus sueños, algún día nos vengaremos de todo lo demás, no por rencor, lo haremos por caridad, simplemente les daremos lo que con tanto cariño nos están dando. Un mendrugo.
      Raúl.

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    3. Raúl, yo ya he eliminado la palabra rencor de mi vocabulario y, en la medida de lo posible venganza también. Creo que es bueno que saber demostrar, si el sentido de las cosas se tornase, que hay otros estilos y otras formas de actuar para no ponerse a la misma altura. Esa debe ser nuestra caridad: enseñarles que no todos somos así. Un saludo. ;-)

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  2. Un saludo Itzi, no dejes de escribir, por favor ;)

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